Tony Scott, Mel Gibson, Andrew Niccol o Arnold Schwarzenegger fueron algunos de los nombres vinculados inicialmente a Gemini Man, cuyo guión original se remonta a 1997. Tras más de dos décadas después y con la ayuda de Ang Lee y Will Smith, Jerry Bruckheimer da luz verde al proyecto incorporando la tecnología más avanzada disponible. Se podría pensar que ese tiempo ha servido para dotar de cuerpo a un guión en barbecho durante tanto tiempo, pero nada más lejos de la realidad, argumentalmente Gemini Man parece salida de la cartelera de 1997, y no lo digo como elogio.
Estamos ante un rutinario thriller de acción, pastiche de películas realizadas entre los 90 y principios del 2000. Will Smith es un infalible asesino a sueldo que decide retirarse, mientras los remordimientos crecen en su interior, hasta que la agencia para la que trabajaba inicia una caza para acabar con él, pero en esta ocasión su clon de 23 años tendrá que realizar el trabajo. Diálogos, personajes y situaciones previsibles sobre temas que ya hemos visto en otras cintas, con resultados dispares; la saga de Jason Bourne, o los problemas éticos de la clonación en El sexto día (2000), por nombrar algunos.
Siendo justos, conviene destacar la notable puesta en escena y ejecución técnica durante las secuencias de acción, no en vano en los créditos figura alguien tan contrastado como Ang Lee junto a los especialistas de la saga John Wick, Aunque Gemini Man donde de verdad transciende a una experiencia propia de los mejores parques temáticos es a través de su proyección en 3D. Aporta un valor añadido capaz de mejorar sustancialmente una película abocada al fracaso. Reconozco que si la hubiese visto en 2D no habría nada que salvase a Gemini Man.
Ang Lee lleva desde 2013, año de estreno de La vida de Pi, apostando por el formato 3D y sus posibilidades narrativas con diferentes géneros. Billy Lynn (2016) fue el punto de partida para lanzar la tecnología HFR 3D (High Frame Rate/Alta Tasa de Frames), impulsada por Douglas Trumbull una eminencia de los efectos visuales, que supera los 25 fps, el estándar del cine, hasta los 120 fps con la intención de reducir parpadeos y artefactos que produce el visionado 3D.
He tenido la oportunidad de ver Gemini Man con esta tecnología (a pesar de estar limitada a 60 fps) y la experiencia merece la pena. Sentarse delante de una pantalla enorme donde todos los elementos transmiten una sensación de profundidad y fluidez real mientras los personajes avanzan, saltan, pelean, disparan,.. Todo lo que no se disfrute así es una pérdida de tiempo y dinero.