«Está justo detrás de ti«
René Philippe Vilmont, vidente televisivo.
Se puede afirmar que el cine de terror, junto a la ciencia-ficción, siempre ha gozado de buena salud frente a otros títulos de género, véase el western. Actualmente, la tendencia del horror es recuperar todos los elementos anteriores, impulsados por la nostalgia de un pasado mejor y seguramente más original, con la idea de componer pastiches donde el terror psicológico se mezcla con el gore o lo sobrenatural y los «hechos reales» logrando franquicias rentables; las interminables sagas de Saw y Paranormal Activity así lo demuestran. Por otra parte, conviene ser justos, el cine de terror siempre se ha caracterizado por producir interminables secuelas desde Pesadilla en Elm Street (1984), Poltergeist (1982), Viernes 13 (1980) o Halloween (1978). Así, ante esta situación, queda poco margen para crear un filme de terror original y para ello tendremos que acudir, como siempre, al cine independiente. Ese es el caso de It Follows (2015).
It Follows parte de una propuesta claramente referencial para, finalmente, proponer un filme de terror lejos de los manidos modelos anteriormente comentados.
David Robert Mitchell, el director y guionista, ambienta su historia en los mundanos barrios residenciales de la decadente Detroit donde la protagonista, tras mantener su primer encuentro sexual, recibirá una maldición que le hará ser perseguida por seres caminantes hasta la muerte y la locura, salvo que la transfiera a través de otro acto sexual.
En manos de otro director podría haber resultado un slaher clásico y bochornoso, lleno de clichés: la ambientación en los suburbios, protagonistas adolescentes, la primera experiencia sexual, el grupo de amigos como espectadores confusos ante los sucesos de la protagonista,… pero es en la puesta en escena donde Robert Mitchell marca la diferencia.
La atmósfera está envuelta en un ambiente atemporal, en ningún momento se aclara la época. Detalles como los vehículos, los televisores o ciertos elementos del hogar nos retrotraen a los setenta y ochenta, aunque a diferencia de los referentes estéticos y cinéfilos de esa época, Mitchell, huye de los tratamientos irónicos y humorísticos hacia lo poético y reflexivo.
El comienzo, con un fabuloso plano secuencia filmado con una panorámica de 360º, demuestra el tono que predominará en el resto del filme. Por ejemplo el uso del zoom, que acentúa la sensación de amenzaza y seguimiento constante hacia los personajes, simulando puntos de vista o acercamientos, todo ello dentro elaborados planos secuencia. Además, el empleo de angulares cerca de los actores, lo que nos permite contemplar los fondos y estar alerta ante la posible presencia de los perseguidores de la protagonista. Y una iluminación cuidadísima donde destaca la de los interiores nocturnos.
Con apenas 2 millones de dólares, muy poco dinero para los estándares americanos, logra camuflar todas las deficiencias presupuestarias a base de saber hacer y sin el predominio de efectos visuales, manteniendo una tensión constante y escasos golpes de efecto muy bien medidos sin recurrir a los clásicos sustos. Sin duda me recuerda a la excelente Déjame Entrar (2008), aunque esta última es superior.
Sorprende también que el grupo de actores, sobre todo la protagonista, encarnada por Maika Monroe, siendo tan jóvenes y llevando el peso de la película realicen un trabajo tan consistente basado en unos personajes inteligentes y creíbles, en las Antípodas de los tópicos del género, ya sabéis, el jugador de fútbol americano, la chica más popular del instituto y el negro gracioso que va a morir al comienzo.
It Follows es cine de terror inteligente y estimulante, hará la delicias de los aficionados al cine de terror y para aquellos que no lo clasificamos en categorías tan estancadas es una cinta muy interesante que pondrá a David Robert Mitchell, con mucha justicia, en el escaparate hollywoodiense.