Animus criticandi: The Revenant (2015)

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Hace un año, más o menos, Birdman (2014) mostraba el excelente momento creativo de Alejandro González Iñárritu, certificado por cuatro Oscars (mejor fotografía, guión, director y película) y se intuía un apasionante futuro de nuevos proyectos, pues bien, su nueva película no hace sino dejar claro que en Hollywood, actualmente, hay muy pocos como él.

Antes de comenzar cualquier análisis conviene decir que, tras ver toda la filmografía del director mexicano, The Revenant ofrece las señas de identidad más importantes de su cine, por ejemplo el sufrimiento humano (explorado ampliamente en Amores Perros, 21 Gramos, Babel  o Biutiful) así como la pericia técnica desplegada en Birdman con el serio respaldo de Emmanuel Lubezki, por lo que rompe definitivamente con esa imagen feísta de sus primeros trabajos.

Desde mucho antes del estreno de The Revenant se sabía que el argumento no iba a ser el más original del mundo: Hugh Glass (Leonardo DiCaprio), un explorador, y su hijo mestizo participan en una expedición de tramperos a la búsqueda de pieles, hasta que el ataque de una osa le deja gravemente malherido y en su agonía es abandonado por su compañero John Fitzgerald (Tom Hardy), el dolor y las ansias de venganza le permitirán sobrevivir para consumar su objetivo. Huelga decir que ahí no está su genialidad, esta reside en la aproximación a la acción, visceral y sin concesiones, haciendo el uso más inteligente de los efectos digitales y visuales que he visto en mucho tiempo. Al igual que en Birdman la cámara navega entre las escenas perfectamente coreografiadas realizando complejísimos movimientos: planos secuencia, travellings, grandes planos generales y primerísimos planos de los actores, esto último añade una sensación de tridimensionalidad y cercanía redondeada por dos interpretaciones magistrales a cargo de DiCaprio y Hardy que confluyen en un desenlace maravilloso.

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En medio de tanta dureza hay espacio para momentos líricos llenos de carga simbólica que homenajean a Andrei Tarkovsky o Terrence Malick. Curiosamente, debido a la naturaleza de la narración, estos momentos podrían no haber funcionado pero están escogidos con precisión y surgen desde los recuerdos, alucinaciones o ensoñaciones del protagonista por lo que tienen sentido dentro del conjunto de la película.

THE REVENANT Copyright © 2015 Twentieth Century Fox Film Corporation. All rights reserved. THE REVENANT Motion Picture Copyright © 2015 Regency Entertainment (USA), Inc. and Monarchy Enterprises S.a.r.l. All rights reserved.Not for sale or duplication.

Si a través de la realización y las interpretaciones logra sumergirte en ese sufrimiento, seguro que si no hubiese sido filmada en remotos parajes naturales el resultado hubiese sido muy diferente. The Revenant recupera la tradición que Hollywood desterró tras esa generación de cineastas que revitalizó a una industria moribunda, hablo de Michael Cimino, Francis Ford Coppola, William Friedkin, etc. Y me refiero a esos complejos rodajes en exteriores con poco control donde se obtienen unos enormes beneficios a nivel artístico.

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Si no lo había hecho con anterioridad ahora no hay dudas, Emmannuel Lubezki, el director de fotografía, entra de lleno en la historia del cine, así de simple, la belleza de las imágenes iluminadas exclusivamente por la luz natural hace que el cine digital dé un paso adelante uniendo el enorme grado de detalle, que se obtiene con las nuevas cámaras, al innegable logro estético que supone. Hay más magia en un diálogo entre dos personajes a la luz de una hoguera que en cualquier blockbuster reciente inflado de efectos digitales.

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Y ya para terminar, me gustaría hacer un comentario sobre la valoración común de las críticas menos favorables hacia The Revenant, en ellas se dice que es una película con una factura técnica brillante y de bellas imágenes pero que no logra contagiar emoción, sin duda un argumento inútil para valorar una película, emplear una cualidad tan subjetiva con la intención de no profundizar más en las causas de por qué el filme no gusta demuestra una dejadez preocupante. Mi consejo es que no les hagan caso y vayan a verla.


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