Pocas veces se asiste a un espectáculo semejante, una proeza técnica al servicio de una historia que te absorbe e hipnotiza desde el primer minuto. Y todavía ocurre algo aún más extraño, que toda la crítica cinematográfica se rinda ante la obra de un creador en plena forma.
Recuerdo que mi primera película visionada en 3D fue, la ultrapromocionada e inflada, Avatar. Una experiencia que distó bastante de las expectativas ofrecidas por la crítica, los tráilers y el precio de la entrada, además la tecnología 3D todavía no lograba la inmersión necesaria en la historia, amén de varios errores técnicos: imagen demasiado oscura, fondos desenfocados,etc. Con esto quiero que conozcáis mi breve experiencia asistiendo al cine en 3D. Pero bueno, no quiero que una mediocridad como Avatar empañe la excelencia de Gravity.
Durante un paseo espacial para reparar un satélite, dos astronautas: la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock) y el experimentado astronauta Matt Kowalsky (George Clooney), son alcanzados por una lluvia de basura espacial quedando el trasbordador y el satélite destrozados, dejando a los dos astronautas solos en la inmensidad del espacio. Su objetivo será encontrar un medio para volver a la Tierra.
Gravity nos narra una historia de supervivencia en un medio hostil de manera directa sin más adornos ni efectismos. Un argumento sólido en todo momento. Ante la aparente sencillez Alfonso Cuarón sabe tratar al espectador como alguien inteligente, renunciando a obviedades o explicaciones superfluas que lastran el desarrollo de la película. En este punto algunos críticos pondrían una pega –porque ellos son asi de tiquisquimiquis– y es el drama familiar del personaje de Sandra Bullock, yo no comparto ese punto de vista, creo que es necesario para enriquecer la historia. Cuando veáis la película os daréis cuenta de lo que hablo y ya podréis hacer vuestras valoraciones.
Reconozco que tenía dudas muchas dudas con los actores, concretamente con Sandra Bullock, una actriz que no me gusta y seguirá sin gustarme pero en esta película y en manos de un excelente director logra una interpretación drámatica y física a la altura del filme. Por el otro lado, su partenaire en la pantalla, George Clooney, realiza un papel breve, solvente y relativamente desenfado, como un veterano acompañante psicológico y moral. Lo que he mencionado al comienzo de este párrafo viene a confirmar mi teoría, la cuál funciona así: un actor malo, digamos de registros y expresividad limitada, se junta con un director excelente, unido a una buen guión (o viceversa), éste automáticamente realizará una de sus mejores interpretaciones. Un día que me apetezca ampliaré esta conjetura con ejemplos concretos, pero mientras tanto pensad en ello.
Me vienen a la mente muy pocas películas en las que la narración y el apartado visual rocen la perfección, como es esta caso. Por un lado está la capacidad de Cuarón para manejar el pulso de la película con maestría, no tiene dificultad alguna y alterna entre la acción, el suspese o el drama. Junto con su virtuoso manejo de la cámara que, como demostró de manera espectacular en Hijos de los hombres (2007), pero en Gravity alcanza un nuevo nivel que te sumerge junto a los personajes protagonistas en el espacio. Además todo ello lo hace sin renunciar a su sello personal, planos largos y sin cortes (algunos de ellos están modificados digitalmente para transmitir esa sensación), alternando la visión subjetiva del personaje sin que afecte a la fluidez de la película. Sinceramente creo que muy pocos directores en el mundo podrían alcanzar el nivel de destreza del realizador mejicano, creo que será la película por la a Cuarón. Sería justo, después de alabar la figura del director, hacer una mención a los encargados de los efectos visuales que ofrecen unas cotas de realismo donde resulta casi imposible adivinar qué es real y qué es lo generado por ordenador. Y, como no, los detalles en los efectos de sonido, al no poder introducir sonido directo del espacio (lógico), optan por añadir pequeños ruidos amortiguados que provienen de los trajes espaciales de los protagonistas, algo que te imbuye todavía más en la experiencia.
Ya os hablé en un post anterior sobre directores de fotografía de mi admiración por Emmanuel Lubezki, fiel cinematógrafo y amigo, desde los comienzos del director. No tenía un trabajo fácil, iluminar para la filmación en 3D es muy diferente pero la labor que realiza sólo se puede catalogar como excelente. Él nos ofrece un espacio infinito, de tonos fríos donde el único punto de luz es el relflejo de la luz del Sol en la Tierra y cómo desaparece ésta en función de la rotación terrestre. Una labor brillante.
Siguiendo con la imagen, quiero focalizar este párrafo en el 3D empleado en la película. Nunca he sido un entusiasta de este nuevo método proyección, me encotraba entre los recelosos de su triunfo, causado por la pobre experiencia de Avatar (ya no doy más la brasa con esta película, tranquilos), los nuevos estrenos no despertaban esperanzas y mi escasa o nula experiencia visionando cine 3D. No tengo niguna duda que en este caso sí aumentan las posibilidades de la historia. Puede que en 2D continúe siendo una buena película porque mantiene intacta la brillante labor técnica, la narración y la mano del director. Pero el 3D eleva la película a una nueva dimensión (valga la redundancia), sin este visionado creo que no podrías disfrutar de igual manera de la sensación de ingravidez, la profundidad del espacio y la inmensidad de la Tierra. El visionado en 3D logra que Gravity pase de ser una película a una experiencia muy pocas veces vista.
Como todo en la vida, nada es perfecto y aquí también hay pegas o defectillos que no empañan los logros obtenidos durante la hora y media de proyección. Por ejemplo el uso de la música en pequeños momentos de tensión, remarcan excesivamente el instante perdiendo capacidad de sorpresa. Y los diálogos no están en consonancia con la brutal narración visual de Cuarón. En fin, detalles.
No sé que más decir de la que ya es para mí una de las mejores películas de los últimos cinco años. Hace ya unos días que la ví, pero acudiría al cine para volver disfrutar de esa experiencia tan fantástica. Si váis al cine y sólo podéis ver una película, escoged Gravity porque de verdad merece la pena.