A mediados del 2012 vio la luz un extenso tráiler de más de cinco minutos de duración, algo fuera de lo común en este tipo de vídeos promocionales, que adaptaba la novela Cloud Atlas (2004) de David Mitchell. Sorprendido por ese avance que te conducía por diferentes historias en el pasado, presente y futuro, cuyos personajes principales estarían interpretados por los mismos actores. Además la realización y el guión corrían a cargo de tres realizadores: Tom Tywker, artífice de la interesante Corre, Lola, corre (1998) y los hermanos Wachowski, padres de la trilogía Matrix y guionistas de V de Vendetta. La última sorpresa vino de la mano de su amplio reparto lleno de rostros muy conocidos: Tom Hanks, Halle Berry, Hugh Grant, Hugo Weaving, Ben Wishaw, Susan Sarandon, Jim Broadbent, Jim Sturgess, Bae Doona, Keith David y James D´Arcy.
No voy a desvelar detallles de la trama, voy a dar pequeños detalles críticos sobre la película, no me interesa destriparla parte por parte. Así que no hay spoilers, leed con tranquilidad
El argumento, al igual que en la novela, sigue los sucesos de seis historias desarrolladas entre el pasado (1849, 1936 y 1973), presente (2012) y futuro (2144 y 2321). Todas conectadas por pequeños detalles y contenidas detro de cada una.
Después de todas estas expectativas o hype, que es como se dice ahora. La película ha sido un fracaso en la taquilla americana, su recaudación total asciende a 27 millones $ y la global son 130 millones $, cuando la cinta costó 100 millones de $, recuperando poca cantidad invertida.
Ahora, personalmente, antes de ver esta película no tenía puestas muchas esperanzas, pensaba que todo sería más sensiblero, con filosofía barata y un espectáculo vacuo; pero todo lo contrario el filme me ha sorprendido y ahora os explicaré el por qué.
Tengo que destacar su ritmo, es verdaderamente entretenida, los tres realizadores y la labor de los montadores evitan que la película caiga en el caos descontrolado o la monotonía, deseando ver el desarrollo de la siguiente historia. Con todo esto hacen que la película funcione, casi, como un viaje y todos los magnificos escenarios contribuyen a ello.
Supongo que la novela tendrá más calado filosófico y místico que el que ofrece la película, pero los creadores han optado por buscar equilibrio entre ritmo y profundidad intelectual. Hay un acercamiento a esa temática metafísica pero sólo en determinados momentos, es superficial, sí, pero funciona de manera correcta por cómo están ejecutadas las diferentes historias.
En el filme hay momentos verdaderamente inspirados: en la parte de 1936, la creación de una sinfonia llamada El Atlas de las Nubes, o el fragmento del 2114, en Neo Seoul, un tramo de ciencia ficción de calidad orquestado por los Wachowski.
La idea de que los actores interpreten a diferentes personajes es muy interesante que casa de manera perfecta con las características de las historias. Pero en ocasiones el excesivo maquillaje mancha esa buena idea. Hugo Weaving, Tom Hanks y Jim Broadbent son los actores que más partido sacan a sus diferentes personajes.
Bien, todo esto es muy bonito y hace que parezca perfecto, pero tiene puntos negativos que conviene resaltar.
Para empezar, el salto de una historia a otra puede desconcertar a los espectadores, esto es un aspecto discutible pero lo siguiente no; en fragmentos donde las historias están llegando a su clímax los cambios que se producen son bruscos impidiendo un desarrollo fluido. En este punto es lógico pensar que los guionistas no hayan encontrado una manera mejor de realizar esos saltos entre fragmentos.
Relacionado con lo anterior, hay fragmentos que se muestran demasiado estructurados, parecen pequeños cortometrajes que se van interrumpiendo. Ésto afecta a que la aparación de determinados personajes secundarios, con relativa importancia, tengan poca presencia haciendo muy difícil que te creas sus acciones.
Podríamos enmarcar esta película dentro de ese subgénero del drama urbano que en los años 90 encontró su paradigma, de la mano de Short Cuts (1993) de Robert Altman, seguido por Magnolia (1999) de Paul Thomas Anderson, Amores Perros (2000) de Alejandro González Iñárritu o Crash (2004) de Paul Haggis. Todos estos filmes de historias cruzadas tienen lugar en un mismo plano espacial y temporal, la ciudad. Además de existir una mayor o menor carga crítica hacia los comportamientos humanos o el ambiente en el que se habita. El atlas de las nubes se podría acotar en ese subgénero pero con una diferencia clave, hay una mezcla de géneros muy destacable en esta cinta: histórica, ciencia ficción, comedia, romance e incluso comedia.
En definitiva, una buena película que presenta un planteamiento poco común, excelentes momentos y entretenimiento, es lo más atrevido que encontraréis en las carteleras de los cines, bueno ahora en la sección de DVDs.
Puntuación:7/10