Animus criticandi: The Dark Knight Rises

Sin duda alguna era la película más esperada de este año, por lo menos para mí. Tenía como objetivo cerrar la trilogía abierta allá por el 2005 con la notable Batman Begins, donde se mostraba una nueva mirada sobre el hombre murciélago, mucho más negra y adulta que sus predecesores. Tras este interesante comienzo llegamos al verano del 2008 con el estreno de su segunda parte, El Caballero Oscuro, la que es por méritos propios la mejor película de Batman hasta la fecha, un filme hipnótico desde el minuto uno hasta su final, acompañado por la magistral interpretación del desaparecido Heath Ledger.

Finalmente, cuatro años después, llegamos a Batman 3 o El Caballero Oscuro la Leyenda Renace, el cierre definitivo al Batman de Cristopher Nolan. La más cara y de más metraje de todas, también la más espectacular en sus escenas de acción pero muy irregular en cuanto a su desarrollo narrativo.

Hace ocho años que Batman desapareció en la oscuridad, dejando de ser un héroe para convertirse en fugitivo. Al asumir la culpa por la muerte del fiscal del distrito Harvey Dent, el Caballero Oscuro decidió sacrificarlo todo por lo que consideraba, al igual que el Comisario Gordon, un bien mayor. La mentira funciona durante un tiempo, ya que la actividad criminal de la ciudad de Gotham se ve aplacada gracias a la dura Ley Dent. Pero todo cambia con la llegada de una astuta gata ladrona, que pretende llevar a cabo un misterioso plan. Sin embargo, mucho más peligrosa es la aparición en escena de Bane, un terrorista enmascarado cuyos despiadados planes para la ciudad obligan a Bruce a regresar de su voluntario exilio. (FILMAFFINITY)

El reparto está encabezado por los habituales: Christian Bale, Gary Oldman, Michael Caine y Morgan Freeman. Además de las nuevas incorporaciones: Anne Hathaway, Tom Hardy, Marion Cottillard, Joseph Gordon-Levitt y Matthew Modine.

Creo que este numeroso reparto de personajes es lo que impide que la película se convierta en una cinta más notable. Christopher Nolan tiene que desarrollar las diferentes líneas narrativas de cada uno de los personajes y relacionarlas con la trama central, todo en dos horas y media. Provoca que muchos personajes tiendan a aparecer y desaparecer constantemente sin profundizar en ellos.

Por el otro lado están los diálogos que no son ni la mitad de acertados que en El Caballero Oscuro, en ocasiones demasiado dramáticos como por ejemplo los que mantiene Alfred con Bruce Wayne o  breves y fríos, Miranda (Marion Cotillard) y Wayne. Ni siquiera los monólogos de Bane alcanzan la fuerza necesaria como para infundir terror.

El personaje interpretado por Marion Cotillard, merece una reseña aparte. Su importancia es vital para el desarrollo de la película y sobre todo del final. Nolan decide no explotarlo y mostrar su verdadera naturaleza en el final, a través de un giro de guión demasiado efectista para mi gusto.

Ahora vamos con los aspectos positivos de la película, que aun tiene unos cuantos. Para empezar, las secuencias de acción, todas son espectaculares. Le sigue las dos peleas que mantienen Bane y Batman,  están brillantemente ejecutadas.

Por primera vez en la saga vemos a un Bruce Wayne agotado de ser el caballero oscuro de Gotham y Christian Bale lo hace notar de manera excepcional. Nada que reprochar a la magistral actuación que Tom Hardy realiza de Bane.

En conclusión, una película con muchos altibajos pero también con grandes momentos que coinciden con las escenas de acción.  Si tuviese que darle una nota numérica sería un seis sobre diez.


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